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Cambios en las movilizaciones sociales. Los políticos a un segundo plano

La política en España ya no la gestionan los partidos políticos. Tras el 15-M vinieron las Mareas, y ahora tras los pensionistas han venido las mujeres este 8-M. En todas estas potentes fuerzas sociales en la calle, los partidos políticos han querido estar pero se han tenido que conformar con un segundo plano, acompañando en el mejor de los casos, pero sin influencia creando movimientos transversales, donde los integrantes suelen ser personas que sí pertenecen a partidos políticos, pero aparentan hacerlo desde organizaciones sociales, de sociedad.

¿Hacia dónde nos lleva esta realidad constatable con rotundidad?
Sin duda a que los propios partidos políticos se replanteen sus funciones en la sociedad. Y ya lo están haciendo. No controlan en su totalidad pero participan muy activamente, no aparecen con sus firmas pero están dentro apoyando y sumando su experiencia social a los movimientos.

¿Es suficiente ese paso a un lado en la calle?

La gran duda es hacia dónde nos lleva esto.
Es sin duda una nueva manera de entender la democracia y la política compartimentada. Y eso es bueno pues la arteriosclerosis de los partidos políticos era rotunda y peligrosa. No surgen estos movimientos de forma espontánea, sino de la necesidad de reinventar la política desde fuera, pues ellos mismos desde dentro son incapaces.

Salga finalmente lo que salga de estos movimientos, están demostrando un poder de convocatoria que los partidos políticos, por sí solos, ya no tienen.