El psicólogo Javier Urra, es  conocido por ser el primer defensor del Menor en España. En su  currículo también figura una experiencia de más de tres décadas como  psicólogo forense en la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia y  Juzgados de Menores en Madrid. 
Su formación en estos ámbitos le ha  llevado a dar clases de Ética y Deontología en la Facultad de Psicología  de la Universidad Complutense de Madrid, además de escribir numerosa  bibliografía sobre estas materias. 
Asegura que “los sentimientos son un  material inflamable”. Su preocupación por alcanzar la estabilidad  emocional le ha llevado a escribir Mapa sentimental (Aguilar),  un manual donde explica las claves para conducirnos en la incertidumbre,  aceptar la frustración y controlar los impulsos. 
Dejo una entrevista que le han realizado en el periódico La Vanguardia, que nos puede servir para recoger algunas respuestas a problemas muy comunes, aunque simples. Siempre es una guía para ir encontrando algo más de luz, de la manera más sencilla.
- ¿Qué mensaje quiere transmitir con su último trabajo? 
-  El ser humano es capaz de pensar porque tiene emociones que le llegan  de fuera y le hacen dar una respuesta muchas veces más bien instintiva o  física y , sin embargo, hay un proceso ulterior, cognitivo, que es más  rico y que podemos elaborar, que son los sentimientos.
- ¿Por qué es importante controlar los sentimientos? 
-  Para no levantar nunca la mano a nuestra pareja, para no decir que  tienes un trastorno mental transitorio, para dominar la ira y la cólera,  y creo que a veces los sentimientos se escapan porque tienen su propia  libertad, pero en el fondo la vida hay que llevarla en los propios  brazos.
- ¿En qué se diferencian sentimientos y emociones? 
-  Los sentimientos son menos instintivos, más elaborados, menos de la  amígdala cerebral, más del aspecto prefrontal, la capacidad de empatía,  de compasión.
- Y a veces mezclamos las dos cosas. 
-  Por eso el ser humano es capaz de tener mucho miedo y mostrarse muy  valiente; de insultar o ser agresivo o decirlo finamente con una ironía;  de hacer una poesía o componer música siendo sordo; eso sólo se  transmite desde el sentimiento (…) Somos grandes simios, pero vamos un  punto más allá que el puramente animal, aunque también lo somos y por  eso tenemos ese problema de posesión y territorialidad. Y en ese  cabalgar, de un equilibrio inestable, allí está el ser humano.
- ¿Somos contradictorios por naturaleza?
-  Yo creo que sí. El ser humano nace y lo primero que se pregunta es por  qué ha nacido, por qué en esta familia, preguntas que no se hacen otros  animales. Cabalga el resto de su vida sabiendo que va a morir, lo que le  genera una angustia vital. A partir de ahí busca la felicidad y  encuentra escapes y atajos, como son las drogas.
- ¿En qué otras cosas somos contradictorios?
-  Por ejemplo, el ser humano es capaz de tener relaciones sexuales y  entrarle una melancolía triste; es capaz de esperar nueve meses a dar a  luz y generar una depresión posparto; la gente está todo el día  esperando que llegue el fin de semana y el domingo está aburrida. Por  tanto, el ser humano es complejo, simple, sencillo, pero con  dificultades para conocerse, para entenderse con los demás y, sin  embargo, absolutamente dependiente de los demás.
- ¿La soledad es lo peor que nos puede suceder?
-  Quizá lo más peligroso para el ser humano sería quedarse solo. Nadie  querría sobrevivir a una tragedia mundial solo, preferiría morir. Sin  embargo, vivimos en una sociedad en que mucha gente mayor está sola. Por  eso los medios de comunicación se critican mucho pero una televisión  siempre acompaña.
- Esto le sucede a mucha gente, que pone la televisión aunque no la vea. 
-  La gente necesita sentirse acompañada. La mayoría de la gente no podría  dormir a las cuatro de la tarde sin un televisor encendido. Esa soledad  es terrible. Igual que la de los jóvenes que no escuchan su soledad.
- ¿Por qué es importante escucharla? 
-  Es la que te permite preguntarte qué has hecho en la vida, en qué has  fracasado, cuál es tu proyecto, por qué estás desnortado, qué te gusta y  qué te propones hacer. La soledad es la que te permitiría escribir en  una hoja en blanco tu epitafio, ¿qué pondrían de ti? Piénsalo. Y una vez  que te contestes, plantéate si merece la pena y si se ajusta a lo que  querrías que pusieran. Si es así, sigue igual; pero si no es así, es el  momento de cambiar.
- ¿Llegamos algún día a conocernos a nosotros mismos? 
-  Yo creo que no, entre otras cosas, porque intentamos dar una imagen  distinta a cómo somos, pero, ¿cómo somos? ¿Nos gustaría conocernos? ¿Por  qué hay que conocerse al cien por cien? ¿Soy el que soy en el rol de  padre o en el de señor entrevistado? No lo sé, posiblemente sea las dos  cosas. Hacerse estas preguntas es muy insondable y sobre todo muy  preocupante y poco práctico. Hay que conocerse a sí mismo, pero no estar  en un psicoanálisis constante, hay que pasar a la acción.
- Tampoco podemos caer bien a todo el mundo. 
-  Eso seguro, pero sobre todo porque uno tiene que ayudar a los demás. O  sea, la forma de ayudarse a uno mismo son los demás, proyectarse en  ellos, poder hacer cosas, lo que hace que te sientas útil. La  circunscripción al uno mismo, al yo, es muy peligrosa, muy dañina,  nihilista, hedonista. Lo importante son los otros, el transmitir,  comunicar, el ser humano es sociable y creo que para ser feliz hay que  hablar mucho.
- ¿Hay que explicarlo todo? 
- No.  Esta es una sociedad donde la gente está perdiendo mucha intimidad, lo  transmite y lo graba todo. No nos debemos de desnudar con tanta  facilidad en lo profundo; la gente tiene cierta tendencia a perder la  reputación, no le importa hacer el ridículo, pero tiene que saber dónde  está su limitación y ser coherente con ello, no dejarse llevar por el  impulso.
- ¿El altruismo es lo que más nos reconforta?
-  Sin duda. Eso quiere decir que el hombre y la mujer son en gran medida  sentimiento, y que en el fondo reaccionamos más por sentimientos que por  pensamientos.
- ¿Por qué el fracaso es importante?
-  Porque hay que aceptarlo, no pasa nada, caes y te levantas. En la vida  vas a fracasar en muchas cosas. Lo cuento porque lo he vivido. Soy  consciente de que hay muchas situaciones que son azarosas, que se nos  escapan y que hay que asumirlas.
- ¿Cómo controlar nuestras frustraciones?
-  Eso es esencial porque el ser humano se frustra en casi todo: querría,  alcanzaría, le gustaría… Hay mucha gente que pone el nivel muy alto y  está todo el día frustrado porque no llega. En cambio, hay gente que  teniendo una vida muy sencilla no se frustra, es muy feliz con lo que  tiene y aspira a vivir, como decía Saramago.
- ¿Qué otras cosas causan frustración?
-  Por ejemplo, querer cambiar a tu pareja, que es una cosa que pasa a  menudo. Tu pareja no va a cambiar en casi nada, simplemente envejecerá.
- ¿Hasta qué punto es importante controlar nuestro lenguaje interior? 
-  Escuchando, leyendo, aprendiendo riqueza expresiva, el gusto por la  palabra, la idea poliédrica, la polifonía y los matices. Tenemos que  utilizar la palabra, los medios y los sentimientos.
-¿Mujeres y hombres piensan distinto?
-  Más que pensar distinto, elaboran de distinta manera los sentimientos.  El varón es mucho más agresivo y es por eso que hay un número mayor de  hombres que de mujeres en las cárceles.
- ¿Por qué? 
- Porque es más  orgulloso, nihilista y narcisista, y la mujer no lo es tanto porque da a  luz. Por ejemplo, cuando una mujer está con un bebé y se produce un  incendio, el bebé jamás se quema; si muere, es porque inhala humo. El  amor de una madre es incalculable. ¿Eso quiere decir que la mayoría de  hombres no daríamos la vida por un hijo? Sí, la daríamos. Hombres y  mujeres somos parejos.
- ¿El sentimiento más destructivo?
- El odio.
- ¿y el más constructivo? 
- El amor.
- ¿Cuál es la esencia de la persona?
- El otro.
- ¿Cuál es el problema de nuestra sociedad? 
- El egoísmo y la incomprensión hacia el otro.
- ¿Es bueno olvidar? 
- Sin duda, algunas cosas. Es bueno olvidar lo negativo, no es bueno olvidar la gratitud.
