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Es posible una Unión Europea con el Reino Unido fuera?

Mientras desde Bruselas se explica que el euro goza de una salud de hierro, David Cameron desde Londres anuncia entre tapadillos que empiezan a estar hartos de Europa y que un referéndum se abre camino lento pero seguro.

Los ingleses quieren ser más libres, más nacionalistas, menos dependientes de una Europa en la que nunca han creído pero ahora menos, al ver que no conduce a ninguna parte buena. Incluso Obama ha tenido que intervenir para intentan convencer a Cameron que romper con Europa es complicado y duro.
El Reino Unido quiere recuperar libertad para decidir sobre comercio, desarrollo regional, agricultura y pesca, política social y empleo, y sobre justicia, medio ambiente, inmigración o defensa. Es decir, deja a Europa con menos atribuciones que cuando era un simple Mercado Común.
Si pregunta a los ingleses sobre qué hacer con Europa hay muchas posibilidades de que le respondan directamente a Cameron que lo mejor sería salirse de la Unión Europea. Que incluso y sin que se diga en voz alta, una unión de EEUU y Reino Unido tendría más ventajas ante un mundo en donde van cambiando los poderes, las potencias, las importancias globalizadas.
Y Europa aun sabiendo de este problema, intenta mirar hacia otro lado, sabedora de que no tiene soluciones mágicas para nada. Francia a perdido poder, Alemania lo tiene pero lo utiliza para ella misma y el resto miramos sorprendidos, esperando los milagros.
En la política Europa crecen las extremas derechas y ya se multiplican y diferencian. Ya no parece haber una sino dos. La moderna y menos violenta y la antigua y gran conocedora de sus particularidades históricas. Ambas coinciden en algo complejo de encajar en una Europa del siglo XXI. No quieren emigrantes, no desean perder poder nacional, quieren controlar sus leyes y sus mercados, sus monedas y sus comercios. Su defensa y su justicia.
La partida de ajedrez que se juega en Europa es compleja y no me extraña nada que a Mariano Rajoy le frene en su búsqueda de rescates financieros, pues una vez más hay que avisar que la deuda en caso de rescate, con una salida del euro hacia las monedas nacionales, no es la misma. España debe asegurarse que Europa va a funcionar con moneda única mientras dure el periodo de deuda contraída. De no ser así, y teniendo que volver a la peseta o a un euro nacional que flotara en su cambio, el empobrecimiento como país no tendría nada que ver con el actual.