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La paciencia es ser más lento que la vida que se mueve a tu lado

La paciencia no es no preocuparse de los asuntos importantes, no es olvidarse ante ellos y dejar que se pasen por sí solos. La paciencia es simplemente disimular ante uno mismo y ante los demás sobre la impaciencia que nos invade. Incluso los que tenemos más paciencia que otros, nos remuerde a veces el dolor, la espera, el desespero. Pero lo ajustamos para que no sea muy fuerte su sonido dentro de nosotros, para que no nos atenace y nos impide juzgar con lógica.

No debemos esperar soluciones instantáneas, ni las sopas de sobre son instantáneas. Todo requiere un tiempo y hay que aprender a adminístralo, a saber y conocer, a soportar las esperas sin desesperar. Si eres un impaciente, es posible que llegues a tu meta antes de tiempo, que no haya todavía o nadie o la solución esperándote, y por ello te vuelvas otra vez impaciente esperando lo que llega cuando debe llegar. Ni antes ni más tarde.

Intenta ir más despacio en la vida y disfrutarla algo más, aunque simplemente sea observando como trascurre. Para ver como la vida pasa a tu lado, debes estar esperando o al menos ir un poco más lento que ella. Si vas más rápido, la vida no trascurre, eres tú quien se mueve sin notar lo que sucede a tu lado.