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La reforma laboral en España es muy buena para el 3% de las empresas

Yo creo que los sindicatos se equivocan cuando dicen que esta reforma laboral es mala. Es TAN mala, que lo mejor es “no decir nada” y esperar a que la sociedad española pida por favor un… “¡mecagüenlaos!”.

No se dice por ejemplo que en España, durante estos últimos años de crisis, cada año —y átense los machos, por favor, ante el dato— se han producido nueve millones de bajas de contratos laborales. Nada menos que nueve millones de contratos se cambian en esta España imposible de entender, cada año.

Efectivamente, la mayoría son contratos que llevan al despido a unas personas para volver a contratar a otras o a las mismas. ¿Esto es cuidar la productividad y la fidelidad como elemento importante para que España tenga un tejido laboral europeo? Solo un 5,15% de estas bajas son por despido. Un 66% por extinción del contrato —jope—, un 18% por voluntariedad del trabajador y un 10% por diversas causas.

¿Sucede esto en Europa?, pues no, ni muchísimos menos. Pero en cambio queremos introducir cambios legales en nuestras reforma que nos —dicen— acerquen a Europa. 

Pero lo curioso es cuando analizamos las empresas españolas. Del total de más de 1,4 millones de empresas, unas 550.000 tienen un solo trabajador, que normalmente suele ser el dueño de la misma. Unas 540.000 tienen menos de 5 trabajadores, es decir son microempresas. Del resto, unas 280.000 tienen menos de 50 trabajadores, bloque este que habría que cuidar y mimar. Y solo unas 2.000 empresas tienen más de 500 trabajadores. ¿No les suela a excesiva debilidad empresarial?

Reformamos los derechos de los trabajadores, las formas de sus despido para hacerlo más sencillo, fácil y barato. ¿Esto va a crear empleo?, ¿esto va a producir un marcado laboral más eficaz?, ¿esto hará crecer nuestra productividad y el tejido empresarial español será mejor?. Sin duda los grandes beneficiados son los grandes empresarios, sean españoles o extranjeros. Pero no penséis que así montarán sus empresas en España, no, todavía quedamos a muchos años luz de los derechos de los indios, pakistaníes o tailandeses o rumanos. Y aun que un día los alcancemos, seguiremos a una tremenda distancia de los mercados empresariales ingleses, franceses o alemanes, en productividad, sueldos, derechos utilizados o sistemas de trabajo y formación. ¿Por qué deseamos que España se parezca a la India y no a Francia?, es un secreto que no entiendo.