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Los medios de comunicación nos engañan, al ser engañados

A mi, con perdón, no me cuadran los datos económicos publicados hoy. Alguien está jugando con los medios de comunicación para engañarles y engañarnos a todos. 

Se nos dice por una parte y a los pocos días de publicar la Ley de Reforma Laboral que modifica toda la relación laboral de España, que el Gobierno de España prevé unos 630.000 nuevos parados en la España de 2012. ¿Y para eso era necesario encender la calle, romper el consenso, tronchar la motivación laboral en las empresas con una ley que no sirve para crear empleo? Para hacer boca hoy se nos publicitan los datos de febrero de 2012 con otros 112.000 desempleados más. 

Detrás de estos desempleos, siempre hay personas que sufren, no ladrones ni jetas profesionales como se nos quiere hacer ver un día sí y otro también. Ahora parece ser que en España, los jetas son los que pierden su empleo. Los jóvenes sin empleo anterior o los parados mayores de 50 años deben, parecen ser, los ladrones oficiales de esta España funámbula. España que da saltos en el aire sin saber hacia donde va a caer el futuro.

Y para continuar el mismo Gobierno de Rajoy nos dice a todos que el déficit para el año 2012 será del 5,8% sobre el PIB, cuando desde Europa se nos ha obligado a tener un 4,4%. Y nos lo dice sin —asegura— haberlo comentado con los líderes europeos, siendo una decisión soberana de España. Está bien esta declaración pues supone creernos que somos independientes, pero sobra que se nos asegure que lo hace contra la UE y sin pedirles permiso a “los jefes”, que buenos son ellos. El anuncio de Mariano Rajoy choca con la opinión de Angela Merkel, quien ha dicho que "no tiene sentido flexibilizar el objetivo de déficit" y que la zona euro tiene que cumplir con el Pacto Fiscal firmado en la UE.

Está muy mal tomar decisiones que luego se explican de manera diferente al verdadero y sin hacer una simple pedagogía básica para que los medios de comunicación puedan mostrarnos la verdad y no “la verdad del que gobierna. Decimos que la sociedad no cree en sus políticos, y a veces no entendemos los motivos de esta desafección, si son ellos los únicos que tienen que gestionarnos en un sistema democrático, nos guste o no. Las respuestas nos las dan ellos mismos.