Páginas

Confiar y contar los secretos es negativo y muy pocas veces positivo

En multitud de lugares se nos anima y casi se nos obliga a tener abierto nuestro corazón hacia los demás, a mirar de forma positiva la decisión personal de estar abiertos hacia los demás. ¿Pero todo es positivo en este decisión?

Abrir el corazón a los demás es también confiar en ellos, es entregarles de alguna manera nuestros secretos, si no todos de golpe, si poco a poco. Les estamos entregando las llaves de nuestras vidas, de nuestro interior. Y eso es peligroso si no sabemos bien a quien elegimos para confiarnos.

Hay que contar con personas de confianza en nuestras vidas, pero hay que saber elegirlas, tener cuidado en ello. Hay que protegerse ante los posibles problemas que ellos te pueden provocar en un momento dado. Si hablas demasiado sin medir lo que entregas, si te comportas como un pequeño necio y te desnudas demasiado ante todos los demás, ellos tendrán tanta fuerza como tú para defenderte, pero ojo, también para atacarte. Y sin duda no podrás controlar lo que puede suceder con todo lo que ya no te pertenece solo a ti, pues lo has compartido, desnudándote íntegramente. Quien tenga nuestros secretos, será dueño de nuestra libertad. No olvidar que una vez que confiamos un secreto a alguien, no seremos dueños de su camino en la vida, no podremos lograr dominar sus recorridos. Ya no dependemos de nosotros solos, también de la persona a la que hemos confiado nuestro secreto.