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La solución para Cataluña es sólo responder a una pregunta

Ayer Cataluña se levantó movida y se acostó tranquila. Un síntoma. Que lo sucedido ayer en Cataluña con los ministros de todos reunidos en Barcelona y provocando dolor en un PP que no se entera, es un claro síntoma de que acertó Pedro Sánchez en un reto muy complicado que le ha salido bien. Aunque nos haya costado a todos 115 millones.

El que no está en este mundo es Javier Lambán, el Presidente de Aragón. Somos vecinos. De Cataluña, quiero decir. Y por eso deberíamos entender y conocer mejor el problema y sus consecuencias, sus posibles soluciones y sus escondidas esquinas. pero no somos capaces siempre, aunque tengamos responsabilidad, de entender lo necesario.

Con Cataluña todo es mucho más sencillo de lo que pensamos. Hay que hacerse una simple pregunta:

¿Qué queremos para el futuro, una Cataluña dentro de España o una Cataluña fuera de España?

Con la respuesta está la solución. Si queremos que esté dentro nunca hay que emplear la violencia por parte de nadie. Si queremos que esté fuera podemos seguir pensando que son unos antiespañoles, unos jetas, unos indeseables y unos chulos. 

En política se está para negociar y hablar, para dialogar y trabajar por el futuro en positivo. Quien no entienda esto y se dedica a la política, lo que tiene que hacer es callarse y acto seguido abandonar para poder seguir hablando desde fuera aunque no la entienda bien. Hay muchos más oficios en este mundo.