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Las tradiciones y costumbres son tan importantes como las leyes

Es curiosa la realidad de que seamos capaces de bombardear con imágenes y datos de nuestras formas de vida a todo el mundo, pero luego cerremos las puertas a que tras conseguir su presunta envidia, quieran venir a vivir entre nosotros. Y que además nos quejemos de que no quieran olvidarse de sus costumbres y tradiciones y les exijamos una adaptación total a las nuestras. Mucho lío. ¿Quién dice que somos nosotros los que tenemos razón? Es muy posible que no quieran venir a nuestros países, sino que simplemente huyan de los suyos.

En realidad nadie está de acuerdo totalmente con las formas de vida del resto de sociedades. Cuando vemos unas sociedad de las que nos parecen muy pobres, nos imaginamos que ellos adorarán a la nuestra sin dudas. Y no es cierto. Hay situaciones que les gustan pero otras muchas que les disgustan. Y al contrario sucede lo mismo, cuando viajamos siempre hay situaciones de sus sociedades que nos gustaría copiar.

La perfección social no existe, pero sí debería existir un poco más de esa comprensión básica sobre las costumbres que habría que respetar, si no están en contra de las libertades básicas y el respeto a las formas sociales de vida y convivencia. Otras en cambio hay que erradicarlas incluso dentro de cada una de sus/nuestras sociedades. Saber diferenciar con objetividad social las tradiciones negativas para los que las practican, es fundamental.

Además tenemos que comprender que las costumbres y tradiciones son tan importantes para las personas como las leyes en muchas sociedades. Incluida la nuestra. Y que ser irrespetuoso con algunas de ellas, no es el camino para lograr la integración positiva.