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Que nos toque el Gordo de Lotería es una cabronada

Que nos pueda tocar la Lotería de Navidad, mañana sábado, además de un milagro estadístico puede ser una putada. Nos lo advierten pero no hacemos caso nunca. Ayer alentaban de que esas enormes cestas navideñas de una millonada escondida en su seno son una trampa para quien le toca, pues tiene que pagar a nuestra Hacienda un huevo de los jamones que nunca nos hubiéramos comprado a ese precio, del coche deportivo que vale un huevo pero nada más salir de la tienda ya no vale casi nada, o del viaje a un país raro que sale a cojón de pato. pero Hacienda, que somos todos, sabe que hay que pagar con arreglo a lo que se publicita como Premio, aunque nunca haya costado lo que dicen que cuesta.

Pero la Lotería es otra cosa. Es un lugar donde también se paga a la Santa Hacienda pero al cobrar, aunque con la pasta en el bolsillo es donde entran los bajos instintos del cambio humano. Fuera la pareja, que nos huele y es feo; fuera el trabajo, que nos hace obedecer; fuera el coche y el piso para dar la bienvenida al chalet y a más coches guapos.

Dicen que a los 5 años de que nos haya tocado el Gordo, somos más pobres, más infelices y más solos. Y esto les sucede al 70% de los agraciados o desgraciados. Los otros 30% son unos aburridos que no saben disfrutar del día a día.

Por cierto, se avisa de los enemigos escondidos del Gordo de Navidad, de esos “cuñados” que nos piden créditos al amiguismo y que nos vacían las arcas pues para eso somos una agraciados. Nunca devuelven lo prestado y encima los cabrones saben invertir y ahorrar con lo que les hemos prestado. Si luego volvemos al revés, ya ni se acuerdan de nuestra cara.