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Abramos las puertas al 2019. No hay otra

Estamos entrando en el último día del año 2018, un año muerto que deja abiertas las puertas complicadas a otro año que viene a ocupar su espacio, un 2019 vacío. No hay cambio, hay continuidad en los problemas. Este blog nació hace una semana con la intención de ser un Diario de un año, el importante 2019. Y nació unos días antes como preámbulo, para sentar un poco las ganas y observar si las tengo. Parece que sí.

Es pues mañana cuando en realidad nacerá aunque lleve unos días moviendo su colita. Cosas de los cimientos. Todos sabemos que efectivamente el 2019 va a sentar unas bases importantes para la próxima década. Dará igual si esta resultará más turbulenta, compleja, inhóspita, incapaz de lograr con el diálogo nada, ingobernable o maravillosa. En mayo o en los próximos meses España se la juega. Incluso diría que en el 2019 se la juega Europa.

Tenemos la suerte de ser testigos y en gran medida protagonistas una vez más de los cambios, de las transformaciones de nuestro país. Podemos estar simplemente sentados esperando a que pasen por nuestro lado los acontecimientos o podemos salir al aire y a la calle para protagonizar nosotros esos movimientos. Cada uno va a decidir.

Dentro de un año pasaremos lista, balance. Y es posible que no haya sido para tanto, lo cual puede ser incluso un éxito. En estos tiempos, ser conservador de los de conservar lo que teníamos en los años 2000 es todo un deseo no cumplido. Así que es posible que incluso las gentes de izquierdas nos tengamos que volver conservadoras, sí, conservadores de lo que teníamos y nos quieren ir quitando poco a poco. Y van muy avanzados.