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Vida de la UMD en la España franquista

En agosto del año 1974, doce militares en activo en la España de Franco fundaron la Unión Militar Democrática UMD. Aquel grito de libertad dentro del mundo militar duró menos de un año. fueron detenidos y juzgados duramente, expulsados del ejército, y años después con la democracia, nunca fueron reintegrados a sus puestos militares, pues la tibieza calculada de UCD y PSOE impidieron que se les reconociera en un intento de normalidad dentro de un estamento totalmente franquista.

En la imagen vemos a 9 de los encausados en aquel juicio. Otero, Martín Consuegra, Ruíz Cillero, Ibarra, García Márquez, Fortes, Valero, Fernández Lago y Reinlein.

Se reunieron en aquel verano de 1974 en la casa de uno de ellos, en Barcelona, y durante 3 días estuvieron planteando alternativas, nombres, seguridad, objetivos o ideas de futuro. Entre todos ellos había representantes de todas las armas militares, de diversas zonas militares e incluso algunos de ellos ni se conocían con anterioridad.

Pero no fue la única ocasión en que desde el estamento militar franquista se habían realizado asociaciones pacifistas, de reflexión, de conciencia social. En el año 1959 se funda FORJA al que siguieron años después intentos como El Parral, o colaboraciones en diversas revistas humanistas de aquellas épocas, con nombre y firmas o con siglas. Eran comandantes, capitanes y tenientes jóvenes, con contactos militares con el ejército de Portugal que aspiraban simplemente a que el ejército supiera y quisiera ocupar el papel que tiene todos los ejércitos en los países democráticos.

Tenían el apoyo de estamentos judiciales y sobre todo de una parte de la iglesia española que también veía como una necesidad básica que España se abriera a un proceso democrático similar al de los países europeos vecinos. Pero la UMD era pequeña, y la enorme maquinaria franquista de la época más los miedos de la incipiente democracia de años posteriores, los condenaron al ostracismo. En junio de 1977 se disolvió por diversos motivos, entre ellos el poco respaldo obtenido por la nueva democracia española a la que habían contribuido con sus puestos militares y la cárcel. Nunca hicieron nada que no fuera similar a lo que se hacía en Portugal dentro del estamento militar.