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Eran unas flores eternas que nunca cambiarían de tamaño


Eran una flores de piedra que se metían dentro de la casa. Tal vez por eso les tuvieron que hacer una puerta a medida de las flores.

Era una puerta metálica que se adaptaba a una flores que no crecían, y por eso decidieron moldearla.

Cuando se reunieron, varias veces preguntó el dueño si estaban todos seguros que aquellas flores perdurarían en el tiempo y que nunca se marchitarían ni crecerían más de la cuenta. Todos afirmaron con rotundidad que nunca cambiarían de tamaño.

Y acertaron. Menos mal.