Quien gobierna tiene una ventaja sobre todos los demás. Le resulta mucho más sencillo entregar, dar, hacer bien. Tiene la posibilidad ayudar a los demás con menos esfuerzo que el resto. Y debe aprovecharlo para crear amistades, lealtades, amigos, compañeros de viaje.
Incluso quien te respeta por gobernar, sabe que tienes la potestad de entregar más que los demás y por ello te agradecerá menos lo que le des, pues lo esperan.
Y esto es algo que debes asumir si eres de los que gestionas, pues es lo habitual en todo tipo de organizaciones. Es tú obligación hacer las cosas bien y saber entregar. Si lo haces mal, en cambio, entenderán que eres simplemente egoísta e incapaz y no lograrás nunca recuperarte de los errores. En las decisiones de los que gestionan o gobiernan, es muy difícil estar en un puesto intermedio. O eres bueno o eres malo. Es casi imposible ser normal.