El arte cura. No todo el arte y no siempre, pero seguro que mejora el alma y con ella el cuerpo. Nadie sabe bien si tenemos alma, todos sabemos que tenemos cuerpo y dudas, muchas dudas y heridas, y que todo lo que trasmite paz, serenidad y calma, lo que comunica sin pedir mucho a cambio, pero sin desearte manipular el pensamiento, está logrando que sea positivo.
El arte cura en tiempos de graves tormentas, en tiempos de dudas, en momentos de abandono mental, cuando la dejadez se nos apodera o cuando nos dicen que estamos deprimidos. El arte logra mejorar nuestras vidas pues nos enseña otras maneras de entender el entorno, con la construcción de idiomas callados. En tiempos en que todos gritamos, encontrarte con el silencio de arte, aunque mueva entrañas, es un lujo.
Algunos terapeutas recetan ARTE aunque suene extraño. Arte como terapia para construir y crear. Pero también arte para contemplar, para observan aunque creas que no lo entiendes. Todo el arte se entiende, todo. Por todos. Lo que es seguro es que cada uno de nosotros podemos entender y comprender cada obra de una forma diferente.
No intenten entender el arte como lo quiso el artista o como lo está entendiendo el vecino o el amigo. El arte, las artes, están abiertas en canal para que cada uno de nosotros les saquemos el sabor que deseemos, que necesite os en cada momento. Déjate llevar, disfruta y olvídate de entender nada que no sea disfrutar o sufrir. Con el arte también se puede sufrir, pero tal y como se entra en el dolor se sale. Con la misma facilidad de darte la vuelta o cerrar los ojos. El arte es agradecido hasta para eso.