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¿Se pueden organizar mejor los partidos políticos en su trabajo? 03

En un partido político lo común es que cada pocos años cambian los directivos, y con ello cambian muchas veces los imperativos de la propia empresa. Se modifican ideas, proyectos, metas, coaliciones, asentamientos ante la sociedad, y los resultados electorales afectan y mucho al resultado y marcha de cada organización. 

Por eso la gestión del conjunto de la organización debe estar por encima de lo meramente político, siempre a base de una gran información fiel y constante que actualice decisiones, metas y proyectos de cambio.

Todo tiene una explicación, todo se puede explicar, no todo hay que explicarlo de la misma manera, no todo hay que decirlo con todos los detalles, no todo hay que decirlo en el mismo momento.

Toda empresa económica tiene un mantra que no siempre se dice: “Los clientes son los que nos pagan los sueldos todos los meses”. Se admite esto con unas u otras palabras. Pero las organizaciones sociales o partidos políticos esto no lo quieren asumir cuando es exactamente igual.


¿Quienes son los clientes de un partido político?

Para un partido políticos los clientes son sus votantes (no toda la sociedad, aunque todos ellos sean potencialmente clientes, pues en las empresas de todo tipo se diseña la misma para buscar un tipo determinado de clientes), y cada cuatro años los examinan y los suspenden o aprueban. 


Toda la sociedad tiene la posibilidad de ser clientes de todas las opciones, pero la obligación de cada una de ellas es saber diferenciarse para un tipo de "clientes" determinado.

En una empresa es cada mes al sumar la facturación y ver su evolución en el tiempo, cuando se sabe si se está en el bueno o mal camino, si hay que hacer modificaciones de servicio. En las empresas económicas los sondeos se hacen cada mes y se sabe qué opinan nuestros clientes al ver la evolución de la facturación.

Estos datos sirven para tomar medidas. Medidas del precio, de la calidad, de la relación con los clientes, de nuestra posición en la sociedad, de la relación con nuestra competencia, de la publicidad o comunicación, del cambio de producto que se vende, del servicio total que estamos entregando, de la importancia de nuestra organización ante nuestro clientes. Y esto sirve igual en una empresa de ropa interior que en un partido político.

Admitir esto en un partido político y más si es de izquierdas parece un sacrilegio. Pero la sociedad funciona de forma muy similar y básica ante relaciones similares y básicas. 


Para quien examina a un partido política cada cuatro años le suena muy similar —y más en estos tiempos— las siglas de un gran centro comercial que las de una marca de bebidas, de un seguro de accidentes o de un partido político. “Empresas” de servicios que hay que elegir y seleccionar.