Páginas

Historia de un árbol muy mayor, que seguía vivo

Cuando nos hacemos mayores tendemos a ocupar más espacio pues los granos y las heridas van ocupando tamaño alrededor de nosotros. Vamos dejando huecos en la cabeza, sobre todo entre el pelo, y nos van saliendo dedos muertos en forma de hojas secas, agujeros por nuestro interior de heridas viejas mientras nos volvemos más grises y algo más mates, más apagados. 

Pero seguimos muy vivos y a veces nos contemplan como árboles majestuosos, con gran historia, capaces de ser cuidados pues perderlos es dejar un gran hueco complicado de tapar, de volver a llenar. 

Si se nos cae alguna rama, tranquilos, hoy los hospitales podadores funcionan muy bien. Lentos, es verdad, pero seguros. No es fácil que nos dejen morir sin más. 

Así que a seguir contemplando la carretera pasar, con ganas de seguir mirando a los vecinos.