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El desencanto político también empieza a calar en los políticos


Como amigo de gestionar equipos humanos, uno ya sabe que es importante detectar la implicación y la motivación de sus personas, de sus gentes. Hay que tener siempre una visión en conjunto pero a la vez de cada persona, saber en qué punto se encuentran de moral, qué problemas personales o globales tienen, que esperan y que han perdido. Cómo están viendo los contantes cambios de la organización y del resto de personas que son vecinos de grupo.

Y estos días he estado palpando la motivación de las gentes que desde la política de más baja nivel sostienen los andamios.

El desencanto en la gente de izquierdas es muy alto. Y no hablo de gente del PSOE solo, que también. Hay un pequeño hundimiento en la sensación de que la política sirve. Con dos bemoles. Hay la sensación de que las “castas” políticas se están imponiendo en los debates, en los ritmos, en las formas. Hay agotamiento y ganas de cerrar la puerta, tumbarse a descansar y a que pase el tiempo y levantarse dentro de unos años en busca de un nuevo horizonte.

Es un poco más de crisis dentro de la gran crisis.