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¿Cómo elegir colegio para nuestros hijos? ¿Qué miramos, preguntamos?

Estamos en las semanas de puertas abiertas de todos los colegios para mostrar a los nuevos padres y familias de cada centro cómo son por dentro, antes de presentar las solicitudes de ingreso. Como es lógico en casi todos los casos son familias de niños pequeños, de preescolar, que quieren conocer los colegios a los que quieren llevar a sus niños. ¿Qué deben mirar, observar, preguntar?

La decisión de elegir colegio para nuestros preescolares es muy importante pues en la mayoría de los casos será el colegio de referencia para toda su vida escolar, en principio al menos para Preescolar y Primaria.

Y en esa decisión no siempre elegida por la saturación de algunos centros educativos, entran muchos factores que no siempre son claros, que incluso a veces son equivocados, y que representan un lío para las familias. Donde incluso a veces no siempre hay acuerdos entre sus miembros.

¿Pública, Concertada o Privada? Superado esa primera duda, toca buscar Centro que yo recomiendo casi siempre sea lo más cercano a la zona en donde se vida. El colegio del barrio debería gozar de algunos puntos extra en la decisión, pues supone poder integrar mejor y más rápido a los niños con sus entornos de amigos, y además representa menos tiempo cada día en desplazamientos que se pueden dedicar a estudiar, jugar o practicar deporte.

A partir de esta lógica decisión nos toca mirar los colegios, por dentro, por fuera y por “muy adentro” para saber si encaja con lo que queremos nosotros. Y a su vez analizar si lo que queremos es lo mejor para nuestro hijo pues no siempre está eso claro.

Cada tipo de niño necesita un tipo de colegio distinto, los hay más activos, más tímidos, más abiertos. No es lo mismo un colegio grande que uno pequeño, no es lo mismo un colegio que sea puntero en algunas actividades deportivas que otro cuya trayectoria es más de análisis, reflexión o investigación. Si se trabaja más o menos el Arte o  la Música, manualidades o informática, laboratorios o deporte.

Hablar con el AMPA y sin duda saber cómo funciona es un buen camino. hablar con algunas familias si eso es posible, que vaya al colegio que se desea analizar. A ser posible que no sean familias puestas por el propio colegio para consultar dudas. Los colegios de barrio tienen todos ellos una “marca” o una fama que se conoce entre la vecindad.

Hay colegios más rígidos, otros son más libres en su forma de enseñanza, los hay más innovadores, más clásicos, con mejores laboratorios, con integración de todo tipo de alumnos, más selectivos. Y todos estos adjetivos afectan a la educación y eso depende del tipo de familia y de niño. Algunos adjetivos pueden sonar a negativos cuando no siempre es así y dependen de la forma social de la propia familia.

Si lo vas a dejar al comedor es bueno que sepan si tienen cocina propia, si es Línea Fría y quien la sirve para saber qué fama tiene esa empresa. Hay que conocer su programación de extraescolares y sus precios, como hay que conocer también el número de Fracaso Escolar del Centro. Cuántos alumnos de cada Ciclo no logran promocionar y los motivos o las materias.

Es importante conocer si tienen biblioteca de una cierta calidad, si dispone de suficientes zonas de deporte, si es un Centro que realiza con normalidad salidas al exterior, si trabaja los veranos con actividades organizadas, si su formación religiosa en caso de que sea Concertado es muy abierta o es muy rígida.

Los Directores de los colegios cambian, los Jefes de Estudio también, pero la filosofía de los Centros cambia mucho más lentamente. Y en esos cambios a veces influyen las familias por lo que es muy importante saber si puedes ayudar en las AMPAS o Consejos Escolares o si son ya espacios del propio colegio, muy cerrados a que entren familias nuevas.

La suma de todas estas cuestiones son las que nos ayudan a decidir. No es posible tener todo, así que hay que elegir entre lo que consideramos más válido según el tipo de familia que seamos. No es sencillo, pero tampoco es dramático pues nuestros preescolares tienen toda su vida por delante para adaptarse al colegio, para aprender e incluso para cambiar si observamos que hay excesivas cosas que no nos gustan.