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¿Se moverá la economía globalizada por el coronavirus?

Cuando todavía es pronto para saber la importancia sobre la sociedad y la salud mundial sobre las personas del brote de coronavirus que nació en China, si podemos empezar a sospechar que su influencia en la economía mundial va a ser grande y además compleja y larga. La dependencia globalizada de todos con todos, pero además de casi todos con China hace que los planteamientos comerciales e industriales, de fabricación y distribución de bienes intermedios tengan que cambiar.

El mundo había decidido utilizar países de bajos costes laborales para producir “piezas” que eran ensambladas luego en las industrias del Primer Mundo. Esa dependencia que a veces es muy alta hace que tras el crecimiento de una nueva enfermedad todavía sin valorar claramente, sea una debilidad aplastante tanto en suministros como sobre todo en seguridad.

¿Qué parte de la economía se va a ver afectada por el coronavirus? Pues sin duda todas las que tengan que ver con la globalización desmedida y sin control inteligentes. Depender de pocos proveedores, de pocos espacios intermedios que den valor a tu producción final te convierte en muy débil.

Si eres fabricante de ordenadores pero necesitas las bisagras de una empresa que durante meses está cerrada o con problemas, el que tiene problemas eres tú, aunque las bisagras representen el 1% de tu producto.

Si tu dependencia comercial depende de países con debilidades estructurales en sectores que no tienen en apariencia nada que ver con tu actividad, puedes pensar que nunca te afectarán esos problemas… hasta que efectivamente explotan y te paralizan. Un país con conflictos siempre es un país que te transmite sus conflictos si eres cliente de sus producciones.

Puede que sea un país barato, puede incluso que ya sepan hacer las cosas tan bien como tú pero más baratas. Pero no puedes impedir que las hagan para ellos mismos. Como tampoco puedes impedir que se paralicen por problemas internos, por situaciones globales que les afectan más que a ti, o que incluso les afecten por igual pero las distancias para poder tomar decisiones te obligue a una dependencia que no habías previsto.

Caerá el turismo por miedo aunque no sepamos bien en qué medida y dependiendo de cómo se desarrolle la enfermedad. Caerá el comercio de productos del Sudeste Asiático por ese mismo miedo, aunque no haya motivos ciertos. Se replantearán inversiones tecnológicas que dependan de mercados lejanos y sobre todo de mercado exclusivos. Se dejará de poner la inversión en manos lejanas sobre las que sea muy complejo controlar y actuar. Pero el peso real de la crisis es todavía una incógnita. 


Y todo eso afectará sobre el trabajo y la economía de países que sí saben controlar sus propios mercados interiores, su salud o sus problemas sociales. La Globalización tiene la debilidad de su interrelación.