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¿Qué es un DAFO, cómo se construye y para qué sirve?

Habrás escuchado muchas veces hablar de DAFO (en inglés SWOT. Strengths, Weaknesses, Opportunities y Threats), como una técnica habitual de análisis o de auditorías de organizaciones o empresas, para detectar, analizar y diagnosticar problemas y a su vez planificar sus posibles soluciones, dentro de cualquier organización. Una empresa no puede ir al médico, así que hay que buscar herramientas que hablen por ella.

Un DAFO no es más que eso: Lograr que la empresa u organización hable y se exprese. Escucharla, tomar nota de todo lo que nos dice y actuar con esos datos.

DAFO son las iniciales de: Debilidades. Amenazas. Fortalezas. Oportunidades.

Se trata pues de enumerar, detectar, esas fortalezas, sus debilidades, las amenazas que tiene y las oportunidades de que dispone para afrontar el futuro. 


Con todo ello y una vez identificadas las DAFO  hay que tomar medidas, pues de entrada solo nos hace una radiografía, si sabemos hacer bien el DAFO.

Se empieza por un trabajo de campo que sea capaz de identificar todo lo que afecta a nuestra empresa, sea interno o externo. Hay que preguntar, revisar, mirar, escuchar, identificar y apuntar todos los datos genéricos de la empresa para después ir distribuyéndolos en los cuatro apartados del DAFO. Algunos de los ítem logrados como información relevante pueden ir a más de un espacio del DAFO.

Todos estos item fotográficos de la empresa se dividen a su vez en dos bloques claramente distintos. 


Los INTERNOS y los EXTERNOS.

A los INTERNOS irán lo que después identificamos como FORTALEZAS o DEBILIDADES.

Y a los EXTERNOS los que serán OPORTUNIDADES o AMENAZAS.

Las DEBILIDADES son aquellas zonas o puntos de actuación que nos reducen las soluciones, nuestra capacidad de crecer o incluso de mantenernos, los que impiden algún tipo de estrategia de cambio, los que en fin nos debilitan en nuestras posibilidades de mejora.

Las FORTALEZAS son todas nuestras capacidades de trabajo, de actuación, de posición en los mercados, de recursos ante la competencia. Es esa parte de nuestra personalidad que nos diferencia del resto.

Las AMENAZAS son las fuerzas exteriores que en teoría podrían impedir nuestro afianzamiento, nuestro crecimiento, nuestras soluciones y estrategias. Las AMENAZAS son riesgos, son debilidades pero que nos vienen desde el exterior.

Las OPORTUNIDADES son todas aquellas fuerzas exteriores que están cerca de nosotros y de las que debemos aprender a recoger para aprovecharnos de su fuerza. Nuevas ideas, debilidades internas de la competencia, posibilidades propias de crecimiento, nuevas iniciativas aprovechando mejor nuestra inteligencia de equipo, etc.

Hay que unir las FORTALEZAS y las OPORTUNIDADES para buscar el éxito.


Hay que unir las DEBILIDADES y las OPORTUNIDADES para aprender a adaptarnos a ellas.

Hay que unir las FORTALEZAS y las AMENAZAS para reaccionar con todas ellas.

Hay que unir las DEBILIDADES y las AMENAZAS para evaluar la realidad de nuestro riesgo y actuar contundentemente para bajarlas o modificarlas.

Cualquier DAFO debe hacerse desde una posición neutra, reposada, apoyada por la dirección de la empresa u organización, con criterios realistas aunque sean duras, con tiempo necesario para analizar en profundidad todos los temas que afectan a la empresa, con dedicación especial a los que considere más conflictivos e importantes para la vida de la empresa u organización, contando con la colaboración de todas las personas de las misma, siempre buscando perfiles muy diferentes que contrapeses las opiniones.

Con toda la información resultante de la Auditoría de campo hay que trasladar todos esos datos al DAFO, pero ordenando por su importancia todos ellos dentro de los cuatro campos, y no posicionando nunca dentro de ellos más de entre 6 a 10 ítem


Con toda esa información ya tendremos la radiografía de la empresa, si hemos sido capaces de analizar bien y de seleccionar los problemas detectados que realmente son importantes, aunque parezcan imposibles.

A partir del DAFO empieza lo más importante, buscar soluciones, afianzar los puntos fuertes, pero al menos ya no tendremos la excusa de no saber qué enfermedad tiene el paciente. 


Los DAFO son recomendables en todos los casos para todas las empresas, pero debemos ser sinceros nosotros mismos. Se hacen cuando hay una enfermedad detectado. Si creemos que todo va bien tendemos a olvidarnos de las herramientas de análisis, lo cual es un error.