Páginas

Sin raíces no somos nada. Un muerto viviente

Aquí El Roto no nos envía una de sus fabulosas gotas de humor ácido sino va directamente al meollo, a la sustancia. Sin raíces no somos nada. Necesitamos estar agarrados a un sitio en concreto, a alguna tierra que nos dé sabor y seguridad. No es posible ser ciudadanos del mundo, excepto que en realidad seas ciudadano del mundo, algo imposible.

Es posible que la tierra a donde estemos agarrado no sea del gusto nuestro. Depende de qué especie seamos. Puede faltarle calcio, fósforo o hierro. Pero será nuestra tierra hasta que nos arranquen de ella. Y si intentan trasplantarnos, casi siempre además de sufrir, nos dejaremos gran parte de las raices en el intento.